
The Sound Lives
Vinilos a CD
Hay que tener claro es que los discos de vinilo contienen información analógica y el disco duro es susceptible de almacenar solamente información digital. Cuando se digitaliza una señal, lo que se hace es dividir la muestra en pequeñas fracciones, en impulsos que un sistema digital puede identificar como ceros y unos, para luego trabajar con ellas.
Cualquier tarjeta de sonido dispone de ellos y, evidentemente, tanto mejor será la calidad de conversión cuanto más profesional sea la tarjeta. Dicho esto, procedamos con los pasos a seguir en una grabación: Hacer entrar la señal procedente del amplificador del tocadiscos o de la pletina a la tarjeta.
Si todo va bien hasta aquí el siguiente paso es grabar lo que se escucha. Para ello necesitamos de un programa de edición no obstante, lo ideal sería disponer del software de edición, puesto que lo necesitaremos para tratar la onda posteriormente.
Hasta ahora el todo lo que os hemos contado es más bien mecánico. Cualquiera puede hacerlo siguiendo las instrucciones. Ahora viene la parte creativa del proceso. Requiere práctica, atención y, como no, buen oído.
Sería mejor trabajar con un ecualizador paramétrico, pero si no sabéis usarlo vale con un gráfico, eso sí, cuyas bandas sean de tercios de octava, para poder ser lo suficientemente selectivo con las frecuencias. Deberemos escuchar atentamente y atenuar o reforzar aquellas que lo necesiten.
Seguramente habrá que reforzar un poco el agudo, a partir de los 8 khz, pero sin pasarse. Fiaros de vuestros oídos, tiene que sonar agradable. Existen ciertas convenciones a la hora de ecualizar, pero, siempre nos acabaremos guiando en base a lo que escuchamos.